Este muerto está muy vivo o el amor según Kazumi Yumoto (Pompas de Papel / Radio Euskadi)

15 de junio de 2016

(TXANI RODRÍGUEZ) Viaje a la costa es una novela escrita por Kazumi Yumoto, autora de la celebrada Los amigos. Este nuevo libro publicado por Nocturna Ediciones tiene un punto de partida sorprendente: una noche, mientras la joven Mizuki prepara bolitas de arroz en la cocina, reaparece su marido, que llevaba tres años desaparecido. 

Yusuke, mientras come los dulces preparados por su mujer en mitad de una cotidianidad extraña, le cuenta que murió ahogado en el mar. Tras la impresión de ese primer momento del reencuentro, una impresión que la autora no recrea demasiado, Mizuki aceptará realizar con su marido un último viaje hacia el lugar donde empezó –quizá debiera decir terminó- todo. Esta intriga inicial no nos abandonará ya en ningún momento de la lectura.

Uno de los grandes méritos de Yumoto es lo rápido que, como lectores, entramos en la lógica de esta historia, que tiene algo de gran metáfora del amor. En todo caso, enseguida nos parecerá normal que un muerto y una viva vaguen por el litoral japonés como si tal cosa. Durante el periplo coincidirán con algunas de las personas que Yusuke se cruzó cuando, tras su muerte, decidió volver a casa: un anciano que reparte periódicos, los propietarios de un restaurante, unos agricultores… Algunos de ellos, les ofrecerán trabajo y al aceptarlo harán pausas en un camino que les llevará a reconocerse de nuevo y a conocerse mejor al cerrar algunas heridas del pasado.

Estamos ante una extraña historia de amor, muy contenida, emocionante y conmovedora, en la que las reflexiones sobre la vida y la muerte se mezclan con aspectos más mundanos como la gastronomía japonesa –muy presenta en la novela-, los impuestos o el rock. Pero en ningún momento podemos abstraernos del precepto mágico, alegórico, del que parte la novela. Uno de los personajes afirma en un momento: “Los muertos estamos separados, igual que los vivos. Y los muertos están conectados con los vivos igual que los vivos están conectados con los muertos”. Esa frase comprende una de las claves de este libro en los que abundan los elementos simbólicos, como el agua, y en el que hay una emotividad subterránea y constante que emerge a través de pequeños detalles.

Japón, que convive con la muerte de forma muy distinta a como lo hacemos aquí, se muestra de forma mágica aunque actual en esta novela que fue llevada al cine por Kiyoshi Kurosawa, una adaptación que mereció el Premio al Mejor Director en el Festival de Cannes del pasado año.

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