Blake Crouch: «Todo lo que un escritor desea es que su libro tenga trascendencia» (ABC)

10 de julio de 2018

(JUAN GÓMEZ JURADO) Como cada año, el Festival Celsius 232 (Avilés, Asturias) vuelve a invitar a estrellas de la ciencia ficción nacional e internacional. Si el año pasado la estrella fue Joe Hill, en esta ocasión el foco lo comparten Kameron HurleyJakub Szamalek y Blake CrouchEs precisamente con este último con el que me siento a hablar en la cafetería del Hotel Palace de Madrid. Blake Crouch (Statesville, Carolina del Norte, 1978) es un escritor joven, afable y de mirada inteligente. Su novela «Materia oscura» (Nocturna) es la última que ha publicado en España, traducido a veinte idiomas y vendido los derechos de cine. 

Antes que eso, Crouch ya había triunfado con la trilogía «Wayward Pines» (Destino), cuya adaptación a la pequeña pantalla produjo el cineasta M. Night Shyamalan, director de «El sexto sentido» y «Señales».

«Materia oscura» es una gran novela de ciencia ficción e intriga que se lee de un tirón, pero de la que me cuesta mucho escribir, porque casi cualquier cosa que se diga sobre el argumento supondrá estropear la experiencia al lector. Baste decir que el protagonista, un hombre normal, con familia, es secuestrado por un misterioso agresor que le aparta de los suyos, y el resto de la trama consiste en regresar al hogar. A partir de ahí, camino con mucho cuidado para no pisar ninguna mina.

El eslogan de la portada de «Materia oscura» en España interpela al lector: «¿Eres feliz con tu vida?». Al final, la novela, más allá de su trama de ciencia ficción, incluye una interesante reflexión sobre la felicidad. ¿Era consciente cuando la escribía?

No al principio. Pero cuando iba por la mitad comencé a darme cuenta. Empecé a escribir este libro al inicio de mi matrimonio y cuando lo acabé, mi matrimonio también había acabado. Fue entonces cuando me di cuenta de que el libro iba sobre mí en cruce de caminos de mi vida, tal y como le ocurre al protagonista. Mientras que «Wayward Pines» es, en realidad, una reflexión sobre la religión y sobre Dios y las cosas en las que creo, este libro lo es sobre la felicidad. Es muy personal y muy revelador, pero es así.

Otra de las claves de la novela es la lucha contra uno mismo. Los conflictos que supone la lucha contra uno mismo, contra objetivos antagónicos como carrera, misión, familia...

La idea es que somos nuestro peor enemigo. Sin decir demasiado sobre la novela para no revelar demasiado, de las fuerzas que intentan apartarnos de la felicidad, la más importante de todas somos nosotros mismos. Es algo con lo que el lector, cualquier lector, de Estados Unidos o de España, puede empatizar, es igual en todas partes.

El lector se pasa buena parte de la novela mirando por encima del hombro al protagonista mientras este intenta volver a casa, muchas veces gritándole lo que debe hacer sin que este, lógicamente, pueda oírlo. ¿Ha jugado usted también al juego de «¿Qué hubiera pasado si hubiera tomado este u otro camino en mi vida?».

Constantemente. Sigo haciéndolo, y es un error garrafal. Una de las claves de la felicidad es huir de las lamentaciones, vivir en el aquí y en el ahora. Pero todos podemos identificar puntos de nuestra vida en los que, de haber tomado otra decisión, todo hubiera sido distinto. Muchos lectores me han escrito para contarme que, tras leer la novela, sus vidas han cambiado. Que son capaces de mirar atrás sin remordimientos, porque son conscientes de que las cosas podrían ser mejores, pero también mucho peores. O, mejor aún, no mirar atrás en absoluto. Es todo lo que un escritor puede desear, en realidad, que su libro tenga trascendencia. Así que, más allá del éxito de «Materia oscura», voy a quedarme con el efecto que causa en muchos de ellos.

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