La perfección (El rey Cophetua en La Vanguardia)

03 de marzo de 2011
(ISABEL NÚÑEZ) Éste es un libro perfecto. Cuidadosamente editado por Nocturna Ediciones, con la pintura de Burne-Jones El rey Cophetua y la mendiga en la portada, el grabado de Leighton del mismo motivo y la Mala noche de los Caprichos de Goya, el poema de Tennyson, The Beggar Maid, en original y bien traducido por Maria Eugenia Frutos, el delicioso prólogo de Jesús Ferrero y la magnífica traducción que Julià de Jòdar ha hecho de este texto poético y enigmático de Julien Gracq.
Ferrero recuerda en el prólogo que el mito sajón del rey Cophetua, ese rey literalmente foudroyé por la belleza de una mendiga, dejó huella en Shakespeare, Hugo Von Hoffmanstal, Tennyson, Burne-Jones, Julien Gracq e indirectamente tal vez en Baudelaire. Julien Gracq lo retoma para contar la historia de un soldado de la I Guerra Mundial que acude a un lugar boscoso y apartado de París, a ver a un amigo al que conoció en la guerra y que lo ha llamado, pero el amigo no llega y en su lugar, además del rumor de los cañonazos, su dolorida memoria y el duelo de la juventud que deja atrás, encuentra “una mujer, es decir, un interrogante, un enigma”, que le envuelve en su silencio y sus extrañas maneras –a la vez sirviente y majestuosa con su “docilidad altiva”—, y en la pared ve el cuadro del rey Cophetua. Será el Rendez-vous à Bray de Delvaux.

Ella seguirá lejana y remota, en una “habitación sin hospitalidad”, que recuerda “a la vieja España”, él se siente “como quien entra en un cuadro, prisionero de la imagen” y la historia será una verdadera narración, según Ferrero: “más que un conjunto de respuestas amañadas y trucadas, un laberinto de preguntas que se bifurcan hasta atravesar de parte a parte las dimensiones más íntimas y conflictivas de la existencia”.

Julien Gracq, seudónimo de Louis Poirier (Saint-Florent-le-Vieil, 1910 – Angers, 2007) sólo quiso ser “un escritor francés”, rechazó el Goncourt por su novela El mar de las Sirtes (1951), había estudiado Ciencias Políticas y se había afiliado al Partido Comunista en 1937, aunque rompió cuando el pacto germano-soviético, se acercó a los surrealistas y escribió un ensayo sobre André Breton.

Aquí, la delicadeza de su escritura musical, su paisajismo metafórico y deslumbrante no ocultan el dolor de la guerra y una densidad filosófica que anida en el lector.

Julien Gracq
El rey Cophetua
Traducción de Julià de Jòdar
Prólogo de Jesús Ferrero
Nocturna Ediciones
112 PÁGINAS
13,95 EUROS

- Noticia en La Vanguardia.