ENTREVISTA: "Pasolini era un hombre misterioso y aún hay mucho que aprender de él" (La Vanguardia)

03 de noviembre de 2015

(ASTRID MESEGUER) La madrugada del 1 al 2 de noviembre de 1975 moría asesinado uno de los intelectuales más reconocidos e incómodos de Italia. Pier Paolo Pasolini tenía solo 53 años y un futuro lleno de proyectos que se vieron truncados por una orgía de violencia que lo dejó prácticamente irreconocible, apaleado y aplastado por su propio coche en el hidropuerto de Ostia, a pocos kilómetros de Roma. El genio se despedía de este mundo de la manera más cruel posible, mientras gritaba pidiendo ayuda. Al mismo tiempo crecía su leyenda.

Su asesino confeso, Pino Pelosi, un joven chapero de 17 años, fue condenado a nueve años de cárcel. El menor afirmó haber actuado en legítima defensa al ser atacado por Pasolini, que intentaba violarle. En 2005, en un programa nocturno de la RAI, se retractó y echó la culpa a otros tres hombres que le amenazaron con matar a su familia si hablaba. Las investigaciones sobre el crimen no han cesado desde entonces.

Pier Paolo fue un torbellino creativo que dejó un amplio legado que abarca diferentes disciplinas: escritor, poeta, pintor, dramaturgo y director de cine. La faceta de cineasta fue la que le dio mayor popularidad con títulos como Accattone (1961), El Evangelio según San Mateo (1964) o Saló o los 120 días de Sodoma (1975), la última película que realizó y en la que recrea una atmósfera asfixiante de violencia y vejación que levantó una gran polémica. El prolífico director se había convertido en un símbolo revolucionario que luchaba contra el poder corrupto, el mismo que asoma bajo la sombra de su asesinato.

José María García López, autor de Pasolini o La noche de las luciérnagas (Nocturna), bucea en la vida del artista con esta inquietante novela en la que una criminóloga y un profesor intentan esclarecer la verdadera causa de la muerte del poeta hasta el punto de convertirse en una verdadera obsesión. A través de una lectura que resulta fascinante y reveladora, el lector acaba sumergiéndose en el complejo mundo que habitó Pasolini.

Cuarenta años después de la trágica muerte de Pasolini su leyenda continúa viva. ¿Qué le hacía tan especial?

Es un hombre muy original y muy valiente. Muy pocos intelectuales de la época se atrevían a denunciar todas las connivencias entre la Democracia Cristiana, los representantes del ENI (Ente Nacional de Hidrocarburos), la mafia y el neofascismo, que habían propiciado los atentados que aquellos años, en colaboración con la CIA, se dirigían sobre todo contra el Partido Comunista Italiano, que era muy pujante. Lo que es original en Pasolini es la independencia de criterio y el valor. No se casaba con nadie. Era incluso un poco temerario y creía que era lo que debía hacer.

Se quedó a medias con su novela denuncia Petróleo

Era su obra más ambiciosa. Bebe de un libro que fue secuestrado y que se llamaba Este es Cefis: la otra cara del honorable presidente. Eugenio Cefis era el presidente del ENI y sustituyó a Enrico Mattei cuando fue asesinado en un atentado que se hizo pasar como un accidente de avión. El libro es una denuncia de todas las connivencias estatales y del partido de la Democracia Cristiana con Cefis y la cantidad de empresas corruptas y con fortunas evadidas en paraísos fiscales. La prueba de que era una trama delictiva es que Cefis renunció a todo y se fue a Suiza porque tenía miedo de que hubiera una denuncia contra él. Esto lo iba a denunciar Pasolini en Petróleo. Y luego está el famoso capítulo 21 que no sabemos si llegó a existir y que es una laguna en el libro.

El caso sobre su muerte aún no está cerrado

Hoy en día está probado que Pelosi no fue el ejecutor. Es un embustero. Mucha gente que vivía en aquel campo de barracas vio que había tres coches y una moto y cinco o seis personas, además de Pelosi. En el primer fallo del juez que llevaba el caso se menciona que hubo colaboración con desconocidos. De ninguna manera los golpes que recibió Pasolini fueron causados por un solo agresor, y menos por uno de 17 años contra un hombre como Pasolini, que era bastante fuerte y musculoso.

Los hermanos Borsellino, ya fallecidos, estuvieron implicados

La teoría más actual es que es una trampa con dos ingredientes. Primero se habla de un chantaje económico. Pasolini fue al hidropuerto de Ostia probablemente no por una cuestión sexual sino para recuperar las bobinas que habían robado de Cinecittà de la película Saló o los 120 días de Sodoma. El colaborador de Pasolini acusó a los Borsellino de haberlas robado. Pedían una cantidad exagerada de dinero. En un momento determinado dijeron que las iban a entregar gratis pero que tenía que venir Pasolini a buscarlas. Pasolini vio un peligro grave pero quería ir y debía ir solo. Por un lado está la trampa de Pelosi, la trampa de los hermanos Borsellino, ellos solo o con otro. Ese otro pudo ser Mastini. Hablar de él en este momento es peligroso porque está en libertad. Es un delincuente que se ha pasado toda la vida en la cárcel. Los Borsellino dijeron a Renzo Sansone, un carabinero infiltrado, que no quisieron matar a Pasolini, que solo le querían dar una paliza y que en ella también intervino Mastini. Ante el juez lo negaron, pero el magistrado les hizo caso. Todos ellos eran menores.

En el libro hace un recorrido personal y artístico de la vida de Pasolini y en paralelo utiliza a dos personajes que investigan su muerte. Se trata de una estructura compleja pero muy dinámica. ¿Cómo se le ocurrió la idea de abordar la novela de esta manera?

La idea surgió mientras escribía. A mí me resultó fascinante la huida de Cassarsa Della Delizia a Roma de Pier Paolo con su madre en la madrugada del 28 de enero de 1950. El hecho de que abandonen a un padre que está prácticamente en coma etílico, un hombre fascista, amargado, vencido y violento. En Italia había periodistas e investigadores interesados por Pier Paolo Pasolini. Se me ocurrió hacer un trasunto de esos investigadores y crear una pareja afectada por el personaje hasta el punto que es una historia de amor y desamor...se sienten casi obligados a mantener una historia de complicidad sentimental.

En su obra aporta muchos datos reales de la vida de Pasolini y ha dejado los elementos de ficción en un segundo plano

La novela tiene posiblemente un 75% de realidad y luego tiene, aparte de un lenguaje literario, que es lo que más me interesa y quisiera haber conseguido en el relato, una parte de ficción. En la cantidad de nombres implicados en la muerte de Pasolini que aparecen en la novela (carabineros, personajes de la CIA, neofascistas, gente relacionada con el ENI, miembros de la Democracia Cristiana y mafiosos) creo que están los responsables directos de su asesinato. Eso es un poco ficción, porque está puesto en boca de un investigador que prácticamente enloquece arrasado por la potencia vital y la valentía de Pasolini y la impotencia nacional italiana de intuir que no se va a llegar a descubrir la verdad. También hay un poco de yo mismo porque a Pasolini le tenía un gran afecto desde que vi la Trilogía de la Vida.

Pasolini sentía una gran admiración por su madre. ¿Hasta qué punto influyó Susanna Colussi en la vida y obra de su hijo?

Influyó mucho desde el principio. Era una mujer a la que le gustaba la poesía. Le leía cosas en friulano. A Susanna Colussi también le interesaba mucho la pedagogía, por eso Pasolini empezó siendo profesor. La historia de amor con su madre también es un rechazo al padre, con el que tuvo una relación de amor y odio. Carlo Alberto Pasolini era muy despectivo con su mujer y Pasolini sufría mucho. Por eso se fueron a Roma.

Pier Paolo mantuvo amistad con personajes relevantes de la época (Moravia, Fellini, Elsa Morante...) y así lo refleja en su libro con interesantes conversaciones

Conversaciones apócrifas que no podemos saber cómo fueron exactamente. Con Moravia, que era el amigo con el que mejor se entendía, siendo muy distintos, había crítica recíproca, pero no se ofendían. Fellini no le produjo una película, pero continuaron siendo amigos. En aquella época los amigos intelectuales no se ofendían porque alguien les dijera que no tenían razón en absoluto.

Fue homosexual, comunista, marxista, vulnerable, combativo...¿Era un hombre de personalidad demasiado compleja para la época que le tocó vivir?

En cualquier época hubiera sido complejo y contradictorio. Los dos grandes libros de Pasolini, Escritos corsarios (1974) y Cartas luteranas (1975), bastarían para ver un intelectual de una gran lucidez y de una gran valentía que denunciaba las cosas que ocurrían en Italia y en cierta manera el sometimiento de la soberanía nacional a una potencia extranjera que era Estados Unidos.

La muerte y el sexo tienen una gran importancia en su obra

Él creía que la muerte era como el montaje de una película. Hasta que uno no se encuentra en la sala de montaje y establece esa sintaxis no sabemos qué película es. Y la muerte de las personas son las que tienen el montaje de la vida. Eso no significa en absoluto que él estuviera pretendiendo la muerte. Andreotti dijo de una manera muy cruel que él se lo estaba buscando. No se lo estaba buscando pero no se estaba ocultando. En cierta manera era un poco temerario.

Denunció abiertamente la hipocresía de los políticos, de la iglesia católica y los empresarios. ¿No tenía miedo a las represalias?

Miedo sí que tenía. Tuvo una treintena de procesos judiciales por escándalo público, corrupción de menores. Casi todas sus películas fueron secuestradas. Fue un hombre muy perseguido y muy odiado. Si hubiera sido prudente no hubiera ido al hidropuerto de Ostia esa noche, temiendo que era una encerrona.

Sus filmes estaban ambientados en el mundo de las prostitutas, los chaperos y los maleantes de los suburbios romanos

No le interesa la delincuencia, le interesa el subproletariado. Le interesan los personajes que todavía no han accedido a la cultura.

¿Pero cómo es posible que un personaje tan culto y amable como él acabase en los brazos de esos chaperos?

Sí, él era un hombre muy culto. Era incansable, un gran trabajador. Es una pregunta oportuna porque yo también me la he hecho. Hay muchas contradicciones en él. Es llamativo verlo en algunas fotos vestido elegantemente junto a niños en barrios como el Mandrione, en las afueras de Roma. No se disfrazaba de pordiosero para ir a esos sitios.

Lo conocían bastante

Lo conocían, pero no siempre lo entendían. Siempre hay gente que lo veía como una chulería, una ostentación; alguien que venía en un coche importante, que ha ganado dinero con el cine y que dice que es comunista pero vive como un burgués... y encima es un buscador de chicos jóvenes por los suburbios. Cuando viajaba siempre se aventuraba por los barrios bajos buscando chicos. Buscaba un principio sexual primitivo. Pasolini siempre fue consecuente con sus ideas. Si decía que le interesaban más los analfabetos es porque la cultura lo que ha hecho es corromper. No porque sea mala, sino porque ha sido la inadecuada. Por eso frecuentaba esos ambientes.

El actor Willem Dafoe, que encarnó a Pasolini en la película de Abel Ferrara, aseguró que era un profeta

Sí. Pasolini fue un hombre anticipado a su tiempo. Uno se queda fascinado con la lectura de sus ensayos periodísticos. Todo lo que publicaba tenía importancia. Su voz era escuchada. Los políticos le escribían cartas sobre artículos que publicaba. En su lenguaje cinematográfico fue un anticipado también. La gente de cuarenta años que ha visto sus películas se queda sorprendida de la modernidad de su lenguaje. Los que vimos a Pasolini de cineasta cuando éramos jóvenes nos resultaba difícil de comprender, pero ahora te das cuenta de que es un cine hecho a conciencia.

Yo he sido incapaz de ver Saló o los 120 días de Sodoma

Yo tardé años (risas) y creo que entera del todo no la he visto. Hay unas cuantas imágenes de las mutilaciones que no se pueden ver, es muy difícil. Esa película es una provocación, intentaba demostrar qué similitudes tenía la utilización pornográfica del cuerpo humano desde el punto de vista sexual, según el Marqués de Sade, con la utilización bárbara y la cosificación de la criatura humana por parte del fascismo. La película de Saló es un monumento que a veces es repugnante y espantoso, pero se refiere a una realidad que ocurrió en la República de Saló. Cultivó siempre el contraste.

Pasolini cultivó diferentes disciplinas artísticas. ¿Con cuál cree que se expresó mejor?

Yo creo que a él le gustaría que se dijera que fue el cine, el cine de poesía. La poesía es muy interesante también... quizá menos como novelista.

Escandalizar era un derecho para Pier Paolo. ¿Cree usted que escandalizó lo suficiente?

Sí, sí. Escandalizó mucho. Creo que lo dijo en ese entrevista última, pero escandalizar es muy subjetivo. Lo que me resulta fascinante es que Pasolini es muy misterioso, algunas de las cosas que decía eran muy misteriosas. El escándalo, igual que el ridículo tiene que ver con el que se siente ridículo o escandalizado. Quizá por eso dice que es un derecho.

Si le hubiese conocido personalmente ¿qué tipo de conversación le hubiera gustado mantener con él?

Me hubiera gustado muchísimo conocer a Pasolini. Lo tengo como si fuera un amigo o un maestro. Me hubiera encantado hablar de cine con él, por ejemplo sobre la película Edipo rey, que no me gustó. También le hubiese preguntado sobre la sacralidad latente en la materia y en los seres. Y le preguntaría sobre la muerte de Guido, su hermano, al que él podría haber ayudado.

¿Se ha reivindicado lo suficiente la figura de Pasolini?

No. Pasolini es una mina. Hay mucho que aprender de él. En el cine sí se ha hecho porque llega más directamente al espectador, pero las obras ensayísticas que tiene no son conocidas, ni siquiera los artículos. En poesía se están reeditando ahora cosas de Pasolini que eran inéditas.

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