Daniel Kehlmann, magia y matemáticas (ABC Cultural)

21 de julio de 2015

(MERCEDES MONMANY) En torno a la impostura y los números ha construido Daniel Kehlmann su obra La noche del ilusionista. También en torno a la fantasía.

Daniel Kehlmann (Múnich, 1975) se ha convertido en el autor estrella de la literatura alemana actual desde su gran éxito internacional La medición del mundo (2006), novela traducida a más de cuarenta idiomas que narraba el encuentro entre el gran matemático Carl Friedrich Gauss y el explorador Alexndr von Humboldt; es decir, simbólicamente, el nacimiento de la ciencia moderna.

El ser hijo de un director de cine (Michael Kehlmann) y de una actriz (Dagmar Mettler) tuvo bastante que ver en las referencias de Daniel y en el origen de sus historias. Caso de la epsléndida reunión de relatos enlazados en torno al mndo virtual y las nuevas tecnologías que era Fama (Anagrama).

Apasionado desde el comienzo de su carrera por el tema de la impostura, los mundos paralelos y las suplantaciones de identidad, Kehlmann siente especial predilección por los tramposos, los fabricantes de fraudes y tumos a gran escala; lo demostró en su desternillante Yo y Kaminski (Acantilado).

Su última novela, F (Literatura Random House), enlaza de nuevo con uno de sus ejes argmentales preferidos: la falsificación. En ella narra la historia d tres hermanos, los Friedland, marcados por la mentira y la impostura, cada cual a su manera: un galerista, un sacerdote que no cree en Dios y un financiero, Eric, que ha organizado una gran estada piramidal, al estilo de Madoff.

Ahora Kehlmann ha reescito su primera obra, La noche del ilusionista, publicada a los 22 años. En ella plantea otra de sus pasiones: las matemáticas como telón de fondo y "germen de la locura". Interesado desde siempre por el msterio de las matemáticas, deja ver aquí su fascinación, con un pie siempre en el universo d la fantasía, por las obsesiones y el desvarío.

Público enardecido
El protagonista es Arthur Beerholm. Tras morir su madre adoptiva fulminada por un rayo, y tras pasar unos años en un seminario, decide entregarse a perfeccionar un arte en el que ha comenzado a destacar de forma prodigiosa: la magia. Ataído de forma casi adictiva por los misterios dl universo que se dan a través de "la red de números" en la que descansa el mundo entero, Arthur, que ha abandonado su viejo proyecto de tomar los hábitos, logra alcanzar la cia de su arte en el campo de la prestidigitación y el ilusionismo.

Introducido en los secretos más ocultos y asombrosos por un maestro de poderes casi sobrenaturales, Van Rode, que trabaja en pequeños e insignificantes locales, Arthur se convierte sin quererlo en un personaje de leyenda, seguido fanáticamente por un público cada vez más enardecido. Hasta que un día él mismo quiere ir más allá de la 'representación' en la que se siente atrapado. Es decir, esa situación falsa, de impostor, de charlatán de la peor especie, que lo muestra a los demás simplemente como un payaso, como 'un ridículo artista del entretenimiento'. Un falsario, un suplantador de genios, un mentiroso ejecutor de trucos, alejado cada vez más del ídolo de su niñez: Merlín.

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